De nuevo Dave Ziegler vuelve a ilustrarnos de manera muy sencilla en cómo el trauma puede limitar la capacidad de lo niños y d e las niñas para jugar y desarrollar habilidades para la vida diaria y la adultez a partir del juego. El documento nos revela cómo el estrés, la amenaza y la ansiedad contaminan su manera de jugar y les impiden disfrutar del juego simbólico, social y los juegos de apego. Por eso nos da unas pequeñas pautas de cómo hay que enfocar esa rehabilitación, que es tanto o más importante que otras actividades a las que dedicamos muchos esfuerzos.
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